miércoles, 4 de junio de 2008

en la espera.

La delgada frontera que une la vida con la agonia en lenta retirada de la cruda resaca, es asi mismo la que extirpa el recuerdo y lo moldea a semejanza e imagen de la necesidad inmediate de compender y comprendernos.

El brillo extraño y encarnado de un verso de claros ojos golpea la memoria hasta enfermarme. L intoxicacion total tiene forma de persistente remembranza y ahi donde la muerte sopla su helada escarcha de olvido, trepa rauda hasta la cumbre la planta de devenir enredado y asoma en su btore mas ozado , la demagogia natural de la vida que reclama en silencio el cielo hoy cubierto de grises gigantes rectangulares, sombras de aquellos dioses que los hombres imaginaron y amamantaron las mujeres.

Si el conocimiento nos librera o si acaso nos condenara a contemplar el fin con desesperanzada conciencia poco me importa. NO fuimos paridos sino mentidos y el espiritu que nos forja a los tumbo tropieza constantemente con la estatua de nosotros mismos que nos hemos erigido.

Ante tamaña perspectiva a menudo sonrio convencido de que cada amanecer de un domingo sombrio me obsequia sin guia, ni regla, la oportunidad misma de sonreir.
y entonces la sangre brubujea en la solitaria espera y la contemplacion se torna incierta.

La pienso una y otra vez relegando la ilusion de la propia certeza a un merio cosquilleo y resumo en cada una de mis palabras el deseo que segun creo todo lo inunda y que , hoy en particular me consume el pecho en un ardor que no distingo de quel que los exesos me adjuticaron.

Se amarra la enrredadera y despliega sus largos tallos abrazandose a todo. yo imagino a la mente obrar del mismo modo y llegar hasta las estrellas montada sobre el carro rodante del sol y plegarse sobre si mismo acalzando el privilegio de la duda.

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